MISMOS MIMBRES, DIFERENTE RESULTADO
Al inicio de cada temporada me hago la misma
pregunta, ¿seremos este año el equipo revelación que luche por entrar en
puestos europeos, o bien seremos el decepcionante equipo que se hunda en el
fondo de la clasificación desde los primeros compases de la liga?, y cada año
me encuentro con lo mismo, el punto intermedio. Está claro que el Real
Valladolid está concebido para luchar cada año para mantenerse entre los
mejores y este año no va a ser distinto.
El comienzo de la temporada 2013-2014 no está
siendo ilusionante pero tampoco desolador. Se ha perdido ante conjuntos
superiores como el Athletic de Bilbao, Villarreal y Atlético de Madrid, se ha
empatado en los estadios de rivales directos (Elche y Levante) y se ha ganado en
casa ante un rival asequible como el Getafe. En principio todo previsible. Sin
embargo, mis sensaciones no son buenas. ¿Por qué?
La temporada comenzaba manteniendo la base del
curso pasado a excepción del entrenador. Juan Ignacio Martínez se presentaba en
Valladolid con una premisa clara, la continuidad del trabajo realizado por
Djukic. Desde un principio quiso desechar el planteamiento rácano mostrado con
el Levante, apostando por la idea de juego combinativo que había desarrollado
el Real Valladolid en los últimos dos años. En el capítulo de bajas para esta
temporada aparecían un único titular (Balenciaga), dos jugadores muy utilizados
(Sereno y Bueno) y un inédito (Neira). Así la base de la temporada anterior se
mantenía, sobre todo evitando las salidas de jugadores como Ebert o Rukavina, y
además incorporando jugadores llamados a ser importantes como Mariño, Osorio o
Rossi. Los mimbres son los mismos, entonces ¿qué ha cambiado?
Durante este comienzo de temporada se está
achacando el pobre juego a las bajas de jugadores importantes: Marc Valiente,
Álvaro Rubio, Víctor Pérez, Ebert u Óscar, claves en esta plantilla. Sin
embargo, durante la temporada pasada también fueron muchas las bajas que sufrió
el equipo, en concreto de esos mismos jugadores importantes, es decir los
recursos son los mismos, lo que ha variado es la obtención de rendimiento de
los mismos. En estas seis jornadas que llevamos es evidente que Juan Ignacio no
tiene claro el 11 tipo del equipo, cambiando cada jornada varios jugadores
independientemente de las lesiones. Durante estas seis jornadas prácticamente
todos los jugadores han sido titulares en algún partido, a excepción de
Manucho, Jaime y los inéditos Víctor Pérez y Larsson. Hay quien podría verlo
como un intento de mantener en tensión a toda la plantilla, pero vistos los
resultados parece que responde más a una búsqueda de rumbo por parte de Juan
Ignacio.
Las dos temporadas en las que estuvo al frente
del equipo Djukic, también se sufrieron muchas lesiones (entre otros
percances), y el entrenador supo gestionar lo que tenía y sacar el máximo
rendimiento. De momento, Juan Ignacio, con los mismos mimbres que la temporada
pasada (si no mejores) aún no ha dado con la tecla. En el lado positivo están
las ruedas de prensa del míster, en las que parece tener claro los errores y
asumirlos (algo que no vimos nunca, por ejemplo, en Antonio Gómez). Aún tiene
mucho margen, pero que no se descuide que en un abrir y cerrar de ojos están
aquí las Navidades y con ellas el temido turrón.
por @AlbertoSelby