martes, 27 de diciembre de 2016

BALANCE REAL VALLADOLID 2016

2016. LOS ÚLTIMOS DE ZORRILLA


El balance de 2016 para el Real Valladolid ha sido un fracaso. Lo ha sido en la temporada que cerraba por no haber conseguido objetivos, rondando incluso el descenso y en esta media temporada por no haber transmitido ilusión al aficionado. Y es que este 2016 fracasado no es más que otra piedrecita al montón de decepciones a las que nos estamos acostumbrando en los últimos años, algo que se refleja en las, cada vez menos pobladas, gradas del Nuevo Estadio José Zorrilla, que poco a poco emula al Baler de 1898, convirtiéndonos en "los últimos de Zorrilla".

Quien más quien menos conoce la historia de los últimos de Filipinas, aquellos soldados españoles que se mantuvieron en Baler con plena confianza de que su resistencia allí tenía sentido. 337 días soportaron aquel asedio. En Valladolid hemos soportado este año 366 días de sinsabores y decepciones, y aún iremos con toda la moral del mundo a Zorrilla el día de Reyes a las 16:00. 

Este año es complicado rascar alguna nota positiva. Deportivamente quizá sólo podamos salvar el partido en Oviedo en el que gran parte de la afición pudo llevarse una alegría y algún partido en casa durante la presente temporada. El verano y la llegada de Paco Herrera también supuso una carga de ilusión que se ha ido diluyendo muy fácilmente. El buen año cuajado por el Promesas y la llegada de algún joven del filial al primer equipo es la única esperanza futura que le queda a esta maltrecha afición.

Porque por el lado negativo tenemos infinidad de momentos. Un año que comenzaba con Portugal en el banquillo dando paso tras su salida a Alberto que consiguió salvar al equipo del descenso Segunda B. Y todo ello aderezado con un vestuario que daba muestras de tener la cabeza más fuera que dentro, ejemplo de ello es la buena temporada que están haciendo varios integrantes de esa plantilla en otros clubes. 

Y en verano llegó Paco Herrera y una renovación absoluta de la plantilla y con ellos la ilusión. Qué poco necesita esta afición para ilusionarse. Fueron meses en los que se confiaba en que la temporada anterior hubiera servido de catarsis y las cosas se hicieran de otro modo. Suárez se hizo a un lado y dejó las riendas de lo deportivo a Braulio y Paco que compusieron la plantilla que el entrenador extremeño quería. Y ni aún así. Cerramos este año en mitad de tabla y con la impresión de que cal y arena van a ser la tónica dominante esta temporada.

Pero no quiero cerrar el balance del año sin acordarme de él: Don Álvaro Rubio. Uno de los jugadores más importantes en la historia de este club abandonaba el Real Valladolid entre lágrimas. Más allá de que la decisión fuera acertada o no, creo que todos estaremos orgullosos de haber podido ver la elegancia del riojano en el césped de Zorrilla.

 Sinceramente no sé cual es la solución. Como decía la mediocridad se ha instalado en Zorrilla en las últimas temporadas. Cada vez nos estamos acostumbrando a ver al Real Valladolid más abajo en la clasificación y las gradas del estadio más despobladas. Aunque como los soldados de Baler yo aún confío y me siento orgulloso de ser de "los últimos de Zorrilla".
  
Por @AlbertoSelby

lunes, 12 de diciembre de 2016

REAL VALLADOLID - CD MIRANDÉS (5-0)

¡VAYA BANDAS!


Y no me refiero al Mirandés, que sí que es cierto que no hizo un gran partido, pero conviene recordar que de ganar en Zorrilla nos hubiera igualado en la clasificación. A lo que yo me refiero es al juego pucelano que vimos sobre el cesped donde, por fin, se jugó por las bandas, y ¡vaya bandas!

Comentaba la semana pasada, tras el partido en Mallorca, la falta de sentido que tenía jugar con cuatro mediocentros para luego lanzar balones largos a los dos delanteros. Ante el Mirandés Paco movió una sola pieza pero fue fundamental para cambiar el juego del equipo. Con Míchel y Jordán generando juego, Jose y Villar entrando por las bandas y Mata como punta (su lugar natural) el equipo supo aprovechar las carencias de los burgaleses para desarborarles una y otra vez. En Zorrilla volvimos a disfrutar de las bandas.

Cualquiera puede tener un día malo, pero cuando cada jugador está en el sitio donde mejor rinde, las cosas son más fáciles. El mayor ejemplo es Mata, perdido durante muchas jornadas en banda, desde donde incluso gozaba de buenas ocasiones, parece que puede haber encontrado su sitio real en la punta del ataque. Esto no quiere decir que finalizará la campaña como pichichi de la liga, pero sí que el equipo va a aprovechar mucho más sus cualidades.

Y en las bandas, por fin, Villar y Jose, con la colaboración de los laterales (mucha más de Moyano que de Balbi). Villar y Jose, dos jugadores clave en lo que llevamos de temporada, que en banda pueden aprovechar su desborde y velocidad, pero que también tienen mucho gol. Esperemos que Herrera siga confiando en los tres de arriba como ante el Mirandés.


Y tras el buen partido ante el Mirandés unido a la victoria en Son Moix la afición se muestra más cautelosa que nunca. Han sido muchas las veces que hemos lanzado las campanas al vuelo tras un par de buenos resultados, por lo que ya estamos curados de espanto. Toca esperar a que la buena dinámica nos haga enlazar algunos buenos partidos. De momento, y una vez más, parece que Herrera va encontrando lo que funciona. Las bandas han vuelto a Zorrilla, y ¡vaya bandas!

Extra, extra:

En un día marcado por la niebla y el frío, la grada de animación volvió a dar la talla sonando a lo largo de todo el partido y dando colorido desde el incio. 


Por @AlbertoSelby

lunes, 5 de diciembre de 2016

CRÓNICA RCD MALLORCA - REAL VALLADOLID (0-3)

LOTERÍA DE SEGUNDA


Todos estaremos de acuerdo en que la Segunda División es una categoría muy igualada, las mejores plantillas pueden bordear el descenso a la Segunda B todo el año y los equipos más humildes pueden llegar inluso a ascender a la élite. De alguna forma, jugar en Segunda División es jugar a la lotería, ya que es impredecible saber qué va a pasar. En este sentido, el Real Valladolid de esta temporada lleva muy poquitos décimos.

Incluso si analizamos partido a partido, nadie puede prever el desenlace final ya que, casi siempre, el trascurso de los mismos ha sido muy parecido. En Mallorca volvimos a ver un partido típico de esta Segunda División (aburrido) que se resolvió por el mayor acierto, esta vez blanquivioleta. Esta vez sí que salió nuestro número.

Y en esta lotería de Segunda División, Carlos Suárez compró su décimo en Doña Manolita (todo un seguro de premio) en la figura de Paco Herrera, pero parece que ni siquiera eso te asegura el Gordo. Una vuelta tras otra, el entrenador extremeño sigue buscando la forma de jugar que mejor le venga al equipo esta temporada y que, tras haber pasado un tercio de la misma, aún no ha encontrado.

Como ya he comentado otras veces, yo no entiendo de fútbol. Sin embargo, el ver partidos me hace no entender algunas cosas: ¿Qué sentido tiene jugar con cuatro mediocentros en rombo para luego colocar dos puntas rápidos y jugar siempre en largo? Quizá haya algún experto en sala que me lo explique, pero intuyo que no es lo que realmente busca Herrera. Y espero que lo que busca lo encuentre pronto, porque el gran objetivo de la primera parte de la temporada que es divertir no lo ha conseguido y quizá, cuando entremos en la fase de ganar ya sea demasiado tarde.

Mientras tanto seguiremos teniendo fe en ese décimo de lotería que cada verano jugamos en forma de abono del Real Valladolid. 

Extra, extra:

Evidentemente ya merece una distinción especial lo que están haciendo Rubén Albés y sus chicos en Segunda División B. La línea que separa el primer y segundo equipo cada vez es más fina y esperemos que muchos terminen por romperla.


Por @AlbertoSelby