domingo, 17 de diciembre de 2017

ANÁLISIS REAL VALLADOLID - LORCA (3-0)

PAN PARA HOY...


... hambre para 2018. Luis César volvió a dar una vuelta de tuerca al equipo que perdió en Albacete, que no fue el mismo que había caído remontado por el Numancia, que nada tuvo que ver con el que perdió en Cádiz. ¿Podríamos hablar ya de bandazos? Esta vez eliminó el trivote en el centro del campo dando entrada a Hervías por Anuar potenciando el juego de bandas y contando de nuevo con Toni, esta vez para jugar entre líneas. Victoria con pitos en la grada y mucho nerviosismo en el verde.

Poco tardaron en llegar los silbidos a la grada tras dos aproximaciones del Lorca. La verdad es que los murcianos no hicieron trabajar prácticamente nada a Masip, sin embargo el miedo se palpaba. Un equipo que encaja prácticamente en todos los partidos es lo que tiene. Para evitar errores pasados parece que Luis César abandona un poco la innegociable forma de sacar el balón jugado, de hecho de un balón largo de Masip llegó el 1-0 y la (relativa) tranquilidad.

En la segunda parte vimos un Hervías muy cómodo en su versión más "chupona" y, esta vez sí, desarboló a la defensa del Lorca. Dos nuevos acercamientos visitantes llevaron los nervios a la grada, pero Hervías se encargó de cerrar el partido y dejar los tres puntos en Zorrilla. Victoria balsámica tras tres derrotas seguidas, que no nos saca de pobres ni en la tabla clasificatoria ni por sensaciones.

Hace tiempo me aposté una Cruzcampo (el que pierda se la tiene que beber) a que acabábamos el año a más de 9 puntos del ascenso directo. Parece que vamos encaminados a ello. Y es que este año se repite la historia: empezamos la temporada con opciones a todo, llegamos a navidades apostando por el playoff, al mercado de invierno con ansia de refuerzos y a primavera con 5.000 en las gradas. Una vez más es la impresión que me da esta temporada.

Aún nos queda un partido este año para maquillar un inicio de temporada que ha ido de más a menos, ante un equipo que lleva nuestra misma trayectoria en los últimos años. Luis César a salvado un match ball, como él mismo insistió en recordar en la rueda de prensa, pero su cabeza ya está sentenciada por la mayoría, a no ser que haga virar drásticamente la nave. Me aventuro a decir que no llega a carnavales. 

Ante el Zaragoza causaré baja por motivos laborales así que feliz Navidad para todos y salud y buen fútbol para 2018.

Uno a uno:

  - Masip (7): Apenas trabajo pero atajó todo lo que se acercó.
Antoñito (6): Hervías le dejó poco recorrido en ataque.
Olivas (5): Muchos nervios, mismos errores, menos complicación para sacar el balón.
Deivid (5): Al igual que su compañero, se palpa la tensión.
Moyano (6): Mejor de lo esperado pero no puede continuar ahí.
Luismi (4): Con muchas ganas de ver Anuar-Borja.
Borja (8): Sorprendente.
Toni (6): Le sigue faltando un puntito.
Hervías (8): Esta vez no se perdió en los regates.
Ósca Plano (6): En su línea.
Mata (7): Mucho más participativo. Se le siguen cayendo los goles. 
Iban (5): El grescas sigue perdiéndose en sus batallitas. 
Cotán (6): Me sorprendió su entrada pero me gustó.
Villalibre (5): Sorprende que no contará con el griego. Freeville como siempre.


Por @AlbertoSelby

domingo, 10 de diciembre de 2017

ANÁLISIS ALBACETE - REAL VALLADOLID (2-1)

MIEDO


Miedo a acabar el 2017 sin opciones de ascenso directo. Miedo a dos ridículos más en Zorrilla. Miedo a echar a otro entrenador. Miedo a la enésima muestra de compromiso de los jugadores fuera del césped. Miedo a los pitos del estadio. Miedo a la grada con 4.000 personas. Miedo al mercado de fichajes invernal. Miedo a los finales de contrato y cesiones. Miedo al echar la vista al Promesas. Miedo a que nuestros rivales sean la Cultural, Lorca o Sevilla Atlético. Miedo a ser el nuevo Racing, Mallorca o Elche. Mucho miedo.

La semana pasada describía mis sensaciones de los últimos años en torno al Pucela pensando que la forma de perder ante el Numancia nos había llevado a tocar fondo. Quizá en Albacete sólo vivimos una vuelta de tuerca más, pero la siesta se nos volvió a atragantar. No sé ni como ni porqué pero Luis César se ha vuelto loco. El 11 del Belmonte y los cambios lo atestiguan. Pocos confiarían a las 15:10 en una victoria visitante. 

Pero es que además los blanquivioleta no mostraron nada. Más allá del penalti escamoteado por el árbitro al inicio, el Pucela no se mostró acreedor de obtener algún punto en ningún momento. Por contra el Albacete se valió únicamente de Zozulya para asegurar la victoria. Gran delantero el ucraniano, y no es pichichi.

Poca historia más tuvo el partido. Un Luis César desquiciado que señaló a Deivid como culpable y que parece haber ido quemando poco a poco a todos los jugadores, más allá de comparecencias en las que se nos venda compromiso. Tapar el centro de Chus Herrero hubiera sido una muestra de compromiso mucho mayor que 100 ruedas de prensa. 

Y tras el pitido del árbitro tengo que reconocer que la sensación fue de miedo. Se me pasó por la cabeza una visita de la Segoviana a Valladolid, y no precisamente a los Anexos. Quizá sea pronto para tal pensamiento pero ya son varios años rondando esos puestos y parece que no llega la temporada del acierto. Dos partidos en casa para finalizar 2017 y encarar un 2018 que puede ser muy complicado. Aquí hay miedo, miedo a la 2ª B.

Uno a uno:

  No me equivoco si digo que la nota generalizada ha de ser un 0.


Por @AlbertoSelby

lunes, 4 de diciembre de 2017

ANÁLISIS REAL VALLADOLID - NUMANCIA (2-3)

EL MITO DE SÍSIFO


Hace tiempo escribía que mi estado de ánimo los lunes iba acorde al resultado del Pucela durante el fin de semana. Sé que es algo muy común, por lo que hoy no será un buen día para muchos blanquivioletas. Sinceramente me veo incapaz de analizar lo ocurrido ante el Numancia, las causas y culpables o si Luis César debe seguir. Hoy voy a contar como me siento.

    Como habéis podido leer en el título me voy a referir a un mito griego, ese en el cual Sísifo es castigado a empujar cuesta arriba por una montaña una piedra que, antes de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo, repitiéndose una y otra vez el frustrante proceso. Ante el Numancia, el Pucela consiguió un 2-0 durante la primera parte pero, emulando a Sísifo, la piedra cayó y el Numancia remontó. Vuelta a empezar en Albacete.

Pero más allá de lo sucedido ante el Numancia, esta temporada nos lleva una y otra vez a recordar ese mito. Cada ciertos partidos en los que parece que nos vamos a reenganchar con la zona noble y la afición comienza a albergar ilusiones, la piedra vuelve a caer y los aficionados con ella. Y esto no es algo exclusivo de esta temporada, si no que son varios años los que el Pucela nos tiene inmersos en está dinámica.

Temporada tras temporada la afición parece recobrar la ilusión por un nuevo proyecto basado en buenos fichajes, un entrenador fiable o la apuesta por la cantera, para al final llegar a diciembre con los objetivos muy lejanos y una afición crispada. Año tras año empujamos la piedra montaña arriba, confiando (ilusos de nosotros) en que alcanzaremos la cima, y cada temporada la tarea se reinicia.

Personalmente cada vez estoy más cansado y desilusionado con esta situación y esta dinámica perdedora. Insisto en que no conozco ni la causa ni la solución, sólo quiero (necesito) un año bueno. Creo que lo merezco. Lo merecemos.


Por @AlbertoSelby