MONTAÑA RUSA DE EMOCIONES
Partidos como el de Sevilla no se olvidan tan fácilmente. Son esos partidos en los que el aficionado acaba tan cansado como los jugadores. A bote pronto me viene a la cabeza un encuentro ante la Real Sociedad en Zorrilla en el que Bizarri falló un penalti, el Valladolid acabó con 8 y que finalmente se empató. Partidos en los que se pasa de ilusión al desencanto en un visto y no visto, para acabar con una moneda al aire, que esta vez fue cruz. ¡Qué cruz!
Probablemente la 2013-2014 sea una de las peores temporadas del Real Valladolid en Primera División. Han predominado sobre todo goleadas fuera de casa y empates en Zorrilla ante equipos asequibles. El juego desplegado ha dejado bastante que desear, con un entrenador que no ha conseguido dar con la tecla en ningún momento. Y a pesar de todo esto, nos presentábamos en Sevilla con la salvación al alcance. Con un simple empate hubiera servido para depender de nosotros mismos en la última jornada. Y en 90 minutos se tiró todo por la borda.
Más allá de los nervios, las ganas que le pusiera el Betis, el calor, los tres partidos en una semana, etc, el Real Valladolid no supo cerrar un partido que se le puso de cara en el minuto 1. Por tres veces logró adelantarse en el marcador, las mismas que lo igualó el Betis, prácticamente sin dar margen a la celebración. Y eso no le puede ocurrir a un equipo que se juega la vida.
Pero el drama fue mayor cuando Jaime Jiménez, salvador en varias acciones del partido, tomó una decisión que pocas veces toma, salir a por un balón en una falta lateral. La desgracia llegó cuando esa falta fue a portería y Jaimé decidió sacar las patatas para comerselas junto al balón, que venía desde una distancia de 45 m.
En ese minuto 92 la montaña rusa del partido acababa su recorrido en la parte más baja, prácticamente sin margen de recuperación. Ahora nos plantamos en la última jornada dependiendo de los resultados de otros equipos, que sí que han respondido este fin de semana a sus urgencias. Si los milagros existen tendremos que esperar al domingo para comprobarlo, y allí deberíamos estar todos.
Por @AlbertoSelby
No hay comentarios:
Publicar un comentario