lunes, 9 de abril de 2018

ANÁLISIS NASTIC DE TARRAGONA - REAL VALLADOLID (1-0)

UN DÍA MÁS, UN DÍA MENOS


Ante el Nastic sólo cabían dos opciones: ganar y partidazo ante el Sporting o empatar/perder y más de lo mismo. Sin importar el juego, la suerte o el árbitro, sólo el resultado. La decepción que sentimos este lluvioso lunes deja a las claras que un día más el Pucela nos decepcionó. Es increíble la capacidad que tiene este equipo de ilusionarnos y desilusionarnos varias veces al mes.

Partido fuera de casa y un día más en la oficina para los blanquivioletas. Falta de ambición desde el primer minuto de un equipo que nos había vendido que saldrían a por los tres puntos. Los 15 minutos iniciales, que el Nastic se pasó ensayando jugadas a balón parado con nosotros, determinaban que incluso haríamos bueno un nuevo empate. Un día más en que se intentaba sacar el balón jugado desde atrás para que acabara en los pies de Masip y de ahí en un pelotazo al pobre pichichi. ¿Para qué cambiar?

Un día más de un entrenador y unos jugadores conformistas que buscando la media inglesa se encontraron con el gol en contra de cada día sin tiempo para respuesta. Y más si el Jaime Mata de la 2016/2017 viajara en el tiempo para desaprovechar un mano a mano como sólo él sabía. Como si ese empate hubiera mitigado la pitada que le espera al equipo el domingo a las 16:00.

Porque fue un día más en los partidos del Pucela como foráneo en los que esta temporada va haciendo el ridículo por toda la geografía española. Pero sobre todo fue un día menos para poder dar la cara. Tras tantas y tantas oportunidades perdidas el Nastic pasaba por ser el último rival "asequible" ante el Tourmalet que nos espera. ¿Quién cree ahora que tras haber pinchado en Córdoba, Alcorcón o Tarragona vamos a sacar algo positivo en Oviedo, Soria o Zaragoza?



Por @AlbertoSelby

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