domingo, 16 de diciembre de 2018

ANÁLISIS REAL VALLADOLID - ATLÉTICO DE MADRID (2-3)

ABUSONES


En esta vida lo que más odio son los abusones (así se llamaba antes al bullying). Sin embargo hay un especimen peor, que son esos que sienten que abusan de ellos y en cuanto encuentran alguien más débil ejercen lo que ellos han sufrido. Mediocres de manual. Hablemos del Atlético de Madrid y su mayor exponente, Simeone. El argentino comentaba en la previa que el Pucela "tiene señales similares al Atlético", se le olvidaba hablar de presupuestos, como sí que hace cuando se refiere a su vecino blanco. En esta ocasión en Zorrilla el diferencial fue el de negro.

Porque el árbitro fue decisivo. Más allá de polémicas puntuales, volvimos a ver un arbitraje de equipo grande contra equipo pequeño. Las faltitas, las protestas y pérdidas de tiempo consentidas (el cambio de Filipe Luis fue flagrante), incluso no utilizar el spray de barrera en faltas locales. Todas esas cuestiones que van minando al equipo pequeño y que derivan en la utilización parcial de las nuevas tecnologías. 

Mi posición ante el VAR es clara: totalmente positiva. Es evidente que cualquier jugada polémica vista por televisión debería despejar todas las dudas y, por lo tanto, hacer justicia. Sin embargo, en pocas jornadas de utilización, han tirado por la borda la justicia. La forma de revisar o no las jugadas alimenta mucho más el partidismo, y si encima se traga el penalti de Arias ya hablaríamos de "otras cosas". Lo peor del fútbol tradicional no desaparece.

Quiero pedir disculpas por haber centrado el análisis en el rival y el colectivo arbitral, pero el cabreo es mayúsculo. Debía haber hecho alusión a la capacidad de reacción blanquivioleta ante una de las mejores defensas de Europa; del primer gol de Calero en Primera; la vuelta del mejor Alcaraz; las entradas como puñal en mantequilla de Keko; y que lo que dijo Sergio no es ninguna broma: el Pucela fue mejor.

Y a pesar del cabreo las sensaciones deben ser buenas. El Pucela vuelve a competir muy bien, a pesar de que hay que pulir los errores defensivos. Una plantilla tan limitada sigue dando la cara contra todos y cada uno de los rivales (a excepción del Leganés). Ahora nos espera San Mamés para finalizar un 2018 de ensueño. Tres puntos en tan gran escenario serían un gran cierre. En todo caso un año inolvidable. 


Uno a uno:

  - Masip (6): Una gran intervención que se saldó con el penalti de VAR.
Antoñito (6): El Atlético no le forzó mucho.
Calero (8): Primer gol en Primera y buen partido. Sigue subiendo como la espuma.
Kiko Olivas (6): Llegó tarde en el primer gol pero volvió a dar la talla.
Nacho (7): Llevó peligro en la primera parte pero muy poco acompañado por Toni y Plano.
Keko (8): El mejor del partido. En la segunda parte entraba como quería por su banda y puso varios buenos centros.
Alcaraz (7): Su mejor versión.
Míchel (7): Si funciona Alcaraz él también mejora.
Óscar Plano (5): No dio la talla. Fallo en el despeje en el gol defintivo. 
- Toni (5): También muy desacertado.
- Ünal (7): Oxigenó bajando balones largos y forzó el segundo gol.
Leo Suárez (5): Salió cuando el equipo ya estaba fundido y no pudo aportar
Borja (5): Esta vez en punta pero no tuvo opción.
Verde (5): No pudo aportar mucho.


Por @AlbertoSelby

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